De "El alemán y el español" (La Nación, 2 de mayo de 1926)

"El español ejercita muy poco sus sentimientos. Propende a no sentir sino pasiones".

De "Sobre una encuesta interrumpida" (La Nación, 21 de marzo de 1926)

"Un individuo puede vivir sin fe en ningún principio político, porque la atmósfera social en que se mueve está llena de esa fe; pero un pueblo entero perdería todo su equilibrio sociológico sin esos grandes pesos reguladores".

De "Sobre una encuesta interrumpida" (La Nación, 21 de marzo de 1926)

"Por vez primera, en una larga serie de generaciones, tal vez de siglos, Europa no tiene deseos".

De "Maura o la política,VI (EL Sol, 10 de enero de 1926)

"El español medio, por unos u otros motivos que no es ocasión de describir, parece impermeable al vocabulario y hermético a la idea".