martes, 27 de diciembre de 2011

De "Sobre los estudios clásicos" (El Imparcial, 28 de octubre de 1907)


En septiembre de 1907, ya de vuelta a Madrid, comienza una intensa actividad. Sin abandonar su colaboración en los lunes de “El Imparcial”, interviene en la fundación de la revista “Faro”, cuyo primer número salió en febrero de 1908, y en la que escribieron casi todos los escritores de la Generación del 98, con artículos de carácter polémico.


"Acaso no haya habido época de las plenamente históricas tan ajena como la nuestra al sentimiento, a la preocupación de la cultura. Hoy nos basta con la civilización, que es cosa muy otra, y nos satisfacemos cuando nos cuentan que hoy se va de Madrid a Soria en menos tiempo que hace un siglo, olvidando que, sólo si vamos hoy a hacer en Soria algo más exacto, más justo o más bello de lo que hicieron nuestros abuelos, será la mayor rapidez del viaje humanamente estimable".

martes, 13 de diciembre de 2011

De "Crítica bárbara" (El Imparcial, 6 de agosto de 1906)

"Únicamente donde los ciudadanos piensan cada uno sus pensamientos, podremos esperar ponernos alguna vez de acuerdo, al paso que donde todos piensan a una no hay acuerdo posible en las opiniones, por la sencilla razón de que nadie opina y todos tienen uno o varios magistrados que se encargan de pensar por ellos. En estas sociedades suele hablarse harto de eso que llaman "opinión pública", la cual decía Nietzsche no es sino la suma de las perezas individuales.

Exponga buenamente cada cual -según más arriba decía- su visión del mundo de la manera que esto es posible; a saber, procurando en cada momento expresar en una fórmula de palabras los vagos e informados pensamientos que dentro de nosotros suscita tal hecho presenciado, tal libro que leemos, tal idea que nos florece inopinadamente dentro. Es posible que no sea otra cosa en su germen una fuerte civilización -la de Grecia, la de Italia en el Risorgimento, la de Inglaterra durante todo el siglo XIX, la de Alemania ayer y hoy- que el cúmulo de estas visiones del mundo individuales, más aún íntimas, comunicadas de mil modos en la conversación, en los periódicos, en los libros, en los discursos, con literatura si se es literato, a la pata la llana si no se sabe coger una pluma; en la temperie se corrigen unas y otras, se disciplinan, se fecundan; sobre nuestras afirmaciones, proyectadas fuera de nosotros, erigimos nuestra morada interior, nuestro ánimo, los idearios análogos se aproximan, los más recios y complejos, los más ricos en porvenir se hacen centros y núcleos en torno de los cuales se coagulan unos y otros y al cabo fórmanse las grandes corrientes políticas de los pueblos musculosos en cuyos programas y credos sería ya difícil reconocer aquel sinnúmero de torrentillos individuales, de íntimos sentimientos que en ellos desembocaron originándolos. Buena falta hace en España una de esas épocas de intimidad afable y respetuosa, de intimidad familiar, preparadora de los renacimientos."

martes, 6 de diciembre de 2011

De "Crítica bárbara" (El Imparcial, 6 de agosto de 1906)

"Aunque parezca una dolorosa ironía nos hace mucha falta aprender a ser últimos entre nuestros conciudadanos, a considerar sin rencor ni hosquedad el lugar que nos está asignado en la república, donde tan necesarios y útiles son los primeros como los últimos. Así en la literatura y en toda nuestra vida de hoy se advierte un prurito de genialidad y de fanfarronería, sólo concebible donde las mozas y viejas testas se hallan preocupadas únicamente de ser las primeras en los escalafones, dando por despreciables todos los demás puestos. Aprendamos a ser los segundos, los terceros, los últimos. Tal vez, la más profunda enseñanza que da el roce con las cosas reales, (...) es que la vida merece la pena de vivirse aunque no seamos grandes hombres."

martes, 29 de noviembre de 2011

De "La ciencia romántica" (El Imparcial, 4 de junio de 1906)

"Todos debemos suspirar porque andando el tiempo den los espíritus españoles una buena cosecha de sabiduría, y a más de suspirar, debemos tejer nuestra vida propia de suerte que logremos ser sabios en algo. Necesitamos ciencia a torrentes, a diluvios para que se nos enmollezcan, como tierras resecas, las resecas testas, duras y hasta berroqueñas."

martes, 22 de noviembre de 2011

De "La ciencia romántica" (El Imparcial, 4 de junio de 1906)

El 13 de octubre de 1906 Ortega llega a Marburgo, comenzando  su segunda estancia en Alemania. Disfruta entonces de una pensión del Ministerio de Instrucción Pública para estudiar la “Prehistoria del criticismo filosófico”. El 17 de noviembre ingresa en la Universidad de Marburgo, donde asiste a clases de Hermann Cohen y Paul Nartorp, empapándose de neokantismo y de cultura alemana.

"De esta suerte está salpicada y esparcida el alma española en sinnúmero de círculos discretos y es la vida española un montón de avemarías desglosadas que jamás se enhilan en rosario.

¡Cuánto más fructífero sería pensar que todas nuestras acciones tienen una dimensión común: lo nacional; que todos los libros además de ser problemas científicos, son problemas nacionales! El individuo no ha existido nunca: es una abstracción. La humanidad no existe todavía: es un ideal. En tanto que vamos y venimos, la única realidad es la nación, nuestra nación; lo que hoy constituye nuestros quehaceres diarios, es la flor de lo que soñaron nuestros abuelos. Por esto, acaso, afirma Shakespeare que somos de la misma urdimbre que nuestros sueños y de su misma sustancia. Los padres sueñan a los hijos y un siglo al que sobreviene. 

Tenemos pues un terrible deber con el porvenir, que da a todas nuestras acciones un valor religioso, porque si algo de suculento ha de cocerse en los pucheros de nuestros nietos, habremos de comenzar a guisarlo ahora."

martes, 15 de noviembre de 2011

De "La reforma liberal" (Faro, 23 de febrero de 1908)


"Nada hay tan fácil como matar una idea: basta con ponerla en un medio inadecuado, tal vez en el cerebro de un político español."

martes, 8 de noviembre de 2011

De "Notas de Berlín" (El Imparcial, 13 de noviembre de 1905)

El 9 de abril de 1905 se inscribe en la Universidad de Leizpig, donde no encontró la enseñanza que buscaba. Envía varios textos con vistas a su publicación en El Imparcial  y Blanco y Negro como fuente de ingresos para aliviar el gasto que suponía a su familia su estancia en Alemania.

"Alemania es hoy la primera nación en el movimiento económico, pero sus hijos estudian en los gimnasios seis años de latín.

Hasta que no sea llegado el claro día de primavera en que los publicistas y los oradores de café, los señores diputados y los arbitristas de afición se convenzan de que la cultura es algo que hay que tomar totalmente, y que es imposible y estéril fraccionado, nada se habrá hecho firme en la cien veces comenzada peregrinación regeneradora. Hoy está de moda en España una informe y vaga cosa llamada "practicismo", que consiste en declarar panacea unánime la enseñanza técnica e industrial, y en protestar de dos míseros cursos de latín que se estudian o, mejor dicho, que no se estudia en los Institutos.

El emperador Guillermo II se hace hoy explicar el último invento mecánico, pero mañana hace llamar a un profesor orientalista para que le ponga al corriente de las últimas excavaciones realizadas en tierra de Mesopotamia por la Sociedad Asiriológica de Berlín.

La civilización, la cultura, es una e indivisible, y aquel país inventará y poseerá mejores máquinas donde mejor se comenten las Analíticas de Aristóteles."

martes, 1 de noviembre de 2011

De "El Poeta del misterio" (El Imparcial, 14 de marzo de 1904)

 El 15 de diciembre de 1904 Ortega defendió su tesis doctoral “Nota sobre los legendarios terrores del año 1000”.

"Los místicos han estado durante todos los tiempos de pie en la frontera de lo desconocido: han sido los vigías de la humanidad que, izados en el ensueño o en el éxtasis, dan las voces de alerta al divisar las brumas rosadas que anuncian costa. Los sabios, con toda su impedimenta y sus andares de camellos cansados, llegan a las tierras prometidas siglos más tarde que los videntes. Y esto es una amarga burla del hado, porque sabio podrá serlo quien quiera, y vidente sólo el que lo sea desde la eternidad."

martes, 25 de octubre de 2011

Ortega: primeros años (II)

1897 fue su último año de sus estudios de enseñanza media, que cursó por libre, consiguiendo obtener su título de bachiller no sin dificultades el 23 de octubre, en el Instituto de Málaga. En noviembre de ese año. José marcha a Bilbao para ingresar en el internado de los Estudios Superiores de Deusto, e iniciar allí las carreras de Filosofía y Derecho, posiblemente porque el padre Gonzalo Coloma, de quien aprendió latín y griego en Málaga, pasó a Deusto a enseñar metafísica. Peroen aquel agitado año, uno de sus profesores más queridos, Julio Cejador, fue expulsado de la Compañía de Jesús, y se secularizó. Así, el 13 de mayo de 1898 Ortega se examinó ante un tribunal de la Universidad de Salamanca. Durante estos años entre Málaga y Bilbao hay que situar la crisis religiosa de Ortega que, a partir de entonces, se calificará de “acatólico”

En 1902 Ortega hace su aparición en la vida pública con un artículo titulado “Glosas” y publicado en la revista “Vida Nueva”. Ese año Alfonso XIII es declarado mayor de edad y sube al poder.

martes, 18 de octubre de 2011

Ortega: primeros años (I)

José Ortega y Gasset nació en Madrid el 9 de mayo de 1883, durante los últimos años del reinado de Alfonso XII. El maestro de El Escorial, donde la familia Ortega pasará los veranos, D. Manuel Martínez, le enseña a leer y rápidamente reconoce que es el niño más inteligente que ha visto en toda su vida de maestro.

En 1889, debido a los problemas cardiacos de Dolores, la familia Ortega alternará la residencia en Madrid con largas temporadas invernales en Córdoba, donde el padre construyó un chalé (que luego sería de Manolete). 

José  y su hermano Eduardo ingresan en septiembre de 1891 en el colegio de San Estanislao de Kotska, en Miraflores de El Palo (Málaga), donde cursarán los estudios de segunda enseñanza. Las lecturas que se hacían en el comedor incluían a menudo textos de periódicos como “El Siglo Futuro” o “La Lectura Dominical”, que aludían con frecuencia a “El Imparcial” (fundado en 1867 por su abuelo materno, Eduardo Gasset, y donde trabajaba su padre desde 1879) en forma bastante hostil. Los hermanos se sintieron ofendidos, y abandonaron el colegio en 4º de bachillerato.