José Ortega y Gasset murió el martes 18 de octubre de 1955 y, a pesar del tiempo transcurrido, sus reflexiones siguen teniendo una actualidad que por momentos llega a asustar..., por lo poco que hemos aprendido. Este es mi homenaje de los martes a su figura.
A Ortega solo le faltó aquello que durante toda su vida anheló, aquello que no procedía de él, de su honestidad, de su sabiduría, que no brota del interior sino que se derrama desde lo alto, aquello que es un don inesperado e inmerecido: la fe. Probablemente Dios se la reservó para mostrársela en toda su magnificencia el día del encuentro definitivo, el día del cara a cara con el alimentó su ansia de Verdad.
A Ortega solo le faltó aquello que durante toda su vida anheló, aquello que no procedía de él, de su honestidad, de su sabiduría, que no brota del interior sino que se derrama desde lo alto, aquello que es un don inesperado e inmerecido: la fe. Probablemente Dios se la reservó para mostrársela en toda su magnificencia el día del encuentro definitivo, el día del cara a cara con el alimentó su ansia de Verdad.
ResponderEliminarEn Castilla decimos "el que tropieza y no cae, adelanta camino". Es una gran verdad.
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