martes, 31 de enero de 2012

De "La conservación de la cultura" (Faro, 8 de marzo de 1908)


La influencia de Ramiro de Maeztu acercó  a Ortega al socialismo fabianista, que el primero conoció durante su estancia en Inglaterra. La idea de la Fabian Society era constituir una minoría intelectual que preparara a la sociedad para la difusión del socialismo. Así, Ortega participará en los congresos socialistas de agosto de 1908 y septiembre de 1912. En ese periodo Ortega profesó una gran admiración por Pablo Iglesias, a quien veía como la oportunidad de regeneración de la clase política.

"La polémica es, después de todo, la forma única de la labor intelectual: la república de gérmenes racionales que constituye nuestra alma no es más que un fermento peculiar de lo que ya hay en otras almas. El contenido de nuestro cerebro se organiza en la lucha con los idearios ajenos. La historia de las ciencias es íntegramente la relación de las polémicas entre grandes pensadores. Y es este valor de la polémica, como hogar ardiente donde se va forjando el acero de humanidad, tan hondo, tan decisivo, que las obras clásicas de la filosofía sólo tienen una interpretación plausible cuando se las coloca en la perspectiva polémica en que fueron escritas".

2 comentarios:

  1. Obviamente, una vez más, habla de un concepto "elevado", la forma en que entiende la polémica nada tiene que ver con el uso de hoy. Según Ortega polemizar implica estar abierto a aprender, a cambiar, a rectificar, a enriquecerse y enriquecer a otros. Entrar en polémica supone estar dispuesto a incorporar una nueva pieza a nuestro ideario a nuestro argumentario, reforzar con las aportaciones nuestra razón. Sin embargo hoy la polémica es un ejercicio expositivo/impositivo, a gritos, de nuestro criterio. Sin escuchar, sin ser escuchado, sin aprender, sin retener más allá de la reacción visceral que suscita en nosotros el hecho de que nos lleven la contraria. Al final, hoy, polemizar es llevar al terreno de las "ideas" lo que no es más que una reacción fisiológica. Una pena.

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  2. Sí, parece que hoy "polemizar" se reduce a gritar más fuerte, cosa que también pasaba en vida de Ortega (de hecho, los gritos, y más que gritos, fueron subiendo de tono hasta acabar en una guerra civil). Por eso llegará un texto en que Ortega manifiesta que, cuando discute, le muestra a su interlocutor su corazón, no su garganta.

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