martes, 24 de julio de 2012

De "Una polémica" (El Imparcial, 6 de octubre de 1910)

"Yo no concibo la crítica si no parte de un ennoblecimiento, siquiera sea provisional, de lo sometido a la crisis: sólo de esta manera es la crítica un verdadero género literario o científico; es decir, un modo de llegar a bellezas o ideas positivas".

1 comentario:

  1. Pongamos por caso que ejercemos la crítica partiendo de ese ennoblecimiento, pero pongamos que por ejercerla fuera del ámbito adecuado, ante un "auditorio" no "autorizado", por ejercerla de forma individual y no colectiva, por no estar correspondientemente articulada, esa crítica no llega dónde deseamos y queda desprovista de toda eficacia, se convierte así en un desahogo y nada más. Ante la incapacidad para cambiar o mejorar la frustración crece y con ella la necesidad de desahogo, la crítica se convierte en una válvula, en un fin en sí misma.
    Ya no importa ennoblecer sino criticar, que es un derecho, mi derecho y en el fondo lo que se pretende es desacreditar, destruir con la palabra aquello o aquel que no podemos desacreditar y destruir con nuestras obras.

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