martes, 12 de febrero de 2013

De "La destitución de Unamuno" (El País, 17 de septiembre de 1914).

"Hay almacenado demasiado asco hacia la España oficial, hacia la vieja política, hacia el imperialismo de los diputados y de los abogados para que no explote en una ocasión cualquiera.

No, no es un juego de querellas personales. Personalmente no me unen al señor Unamuno más que poémicas agrias, y a veces, violentas. Se trata de que España tiene muy pocos hombres adecuados en el lugar adecuado. Y no habrá ningún patriota dispuesto a que por un necio capricho, ignoro de quien, le falte uno más".

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