martes, 21 de octubre de 2014

De "El Espectador, VII" (El origen deportivo del Estado, 1916)

"El individuo que a lo largo de nuestra vida llegamos a ser es sólo uno de los varios o muchos que pudimos ser y que quedaron sin realizar como bajas lamentables de nuestro ejército interior. Por eso, importa mucho que penetremos en la existencia muy ricos en posibilidades, a fin de que luego la poda fatal que es el destino deje siempre en nosotros potencias invulneradas y robustas. Esta abundancia de posibilidades es el síntoma más característico de la vida pujante, como el utilitarismo, el atenerse a lo estrictamente necesario, al modo del enfermo que ahorra movimientos, es el síntoma de debilidad y de vida menguante. Depende, pues, el acierto en la existencia de la riqueza de posibilidades con que avancemos por ella. Cada golpe que en ella recibamos debe ser sólo un excitante para nuevos ensayos".

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