martes, 3 de marzo de 2015

De "Hacia una mejor política, III" (El Sol, 21 de febrero de 1918)

"Decenio tras decenio, en España y fuera de España, hemos visto menguar el calibre intelectual de los llamados hombres públicos, hasta el punto de que hoy parecen dedicarse a este menester sólo aquellos hombres que no sirven para nada sustantivo. La única cualidad que se exige al parlamentario es que sea elegido. Por esto se compone el Parlamento de gentes que poseen un talento inferior y hasta equívoco: el arte de hacerse elegir, arte poco compatible con un temple correcto y distinguido".

No hay comentarios:

Publicar un comentario