martes, 10 de enero de 2012

De "Teoría del clasicismo" (El Imparcial, 2 de diciembre de 1907)

"La tentación de la manzana paradisíaca es el embrión de la historia universal. La experiencia de la virtud sólo es posible por el vicio. Éste es, a mi entender, el hondo sentido que orienta el dogma cristiano del pecado original, cuyo sentido transcribe menos pintorescamente Kant cuando nos habla del mal radical en el hombre. Porque siendo para él el hombre aquel ser capaz de mejorarse indefinidamente, ocurrirá que en cada instante es malo por bueno que sea, si se le compara con lo que puede llegar a ser en el instante siguiente. El hombre es radicalmente, originalmente malo. Si quiere usted un ejemplo aclaratorio lo tomaré de las virtudes políticas, que son las virtudes más ciertas, que son las virtudes primarias. Las constituciones oriundas de la Revolución francesa que estatuyen la igualdad de derechos políticos, son mejores, moralmente hablando, que las que sustentaban los privilegios nativos y el despotismo por la gracia de Dios; y, sin embargo, hoy son moralmente malas y ya nuestros corazones se mueven melancólicos e inquietos porque anhelan otras constituciones más justas en que se realicen ciertas severas igualdades económicas".

2 comentarios:

  1. Lo lamento pero estoy en desacuerdo. El hombre es originalmente perfectible en todo lo que atañe a su moral y sus virtudes, esto no significa que no haya en él algo malo o mejor una tendencia al mal, pero de ahí a partir de un postulado como la maldad original y esencial va un abismo. En el mismo corazón que habita la posibilidad de hacer el mal, habita también la del bien, la de actos heróicos por una u otra razón, la de ideales sublimes y la búsqueda de la Belleza, la Verdad y el Bien. En lucha continua con los instintos más bajos y más abyectos, lo admito, pero con posibilidades de perfección. Negar esto supone negar al hombre toda posibilidad de crecer y a la humanidad toda posibilidad de desarrollarse.
    Si el hombre es radicalamente malo sus obras también lo serán y afortunadamente la historia y la vida nos demuestran que no ha sido así, ni lo es, ni lo será.

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  2. Según yo lo entiendo, que el hombre sea "radicalmente malo" no quiere decir que sea totalmente malo, sino, como precisa Ortega "originalmente malo". Es decir, que el mal se incrustó en el corazón del hombre desde su origen. De ahí la necesidad de una redención, un dar la posibilidad, por la fuerza de Otro, de romper esa "maldición" con una fuerza superior a la de todo hombre.

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