"Paz y cultura tienen un valor recíproco en mi vocabulario: paz es la postura del alma culta, cultura es cultivo, es labranza de la paz. Homines ex natura hostes. Por naturaleza son los hombres hostiles; sólo la cultura los hace amigos. Nuestros cuerpos manan enemistad, nuestros instintos segregan desvío y repulsión. ¡Qué importa! Alojada en el órgano material es cada alma una hilandera de ideal productora de hilos sutilísimos que traspasan otras almas hermanas, como rayos de sol y luego otras y otras. Lentamente los hilos se multiplican, el tejido de la cultura se va haciendo más prieto, más firme, más extenso hasta que un día la Humanidad entera se halle tramada y como con un manto místico cubra con ella sus lomos desnudos el Gran Artífice, el Promotor del Bien".
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