martes, 6 de agosto de 2013

De "Ideas políticas II" (España, 2 de julio de 1915)

"Muy rara vez, decía yo, es la opinión pública lo que ella dice. Sólo en raros, fugitivos instantes de plenitud social, coincide lo que se dice con lo que se siente. Y no me refiero ahora a las falsificaciones premeditadas de la opinión que este político o aquel periódico intenten cometer. No; ella misma es insincera, reservada, jeroglífica. Dice siempre otra cosa, si no contraria, por lo menos distinta de la que siente.

Prueba de la insinceridad radical de la opinión pública es que no se ha dado el caso jamás de que en ella se eche la culpa al público en sí mismo. Siempre es otro el causante del mal".

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