martes, 15 de octubre de 2019

De "Dislocación y restauración de España, I" (El Sol, 14 de julio de 1926)

"La restauración de España tiene que comenzar por una reorganización del Estado, que es el gran aparato mediante el cual se puede operar sobre un pueblo, pero no se logrará sólo con ella. La faena es mucho más honda y vasta. Junto a la reforma política tiene que caminar la reforma de la sociedad, de las formas privadas de la vida. Con un pueblo de gentes chabacanas, dominadas por costumbres y sentimientos petit-bourgeois, no se puede hacer nada. El pequeño burgués es el que impide hacer historia, porque su ambición se reduce a que un día sea lo más igual posible al otro. Su única voluptuosidad es lo cotidiano".

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