martes, 25 de agosto de 2020

De "No ser hombre de partido, I" (La Nación, 15 de mayo de 1930)

 "Quien renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha matado en vida, es el suicida en pie. Su existencia consistirá en una perpetua fuga de la única realidad auténtica que podía ser. Nada de lo que hace lo hace directamente por sincera inspiración de su programa vital, sino, al revés, cuanto haga lo hará para compensar con actos adjetivos, puramente técnicos, mecánicos y vacíos, la falta de un destino auténtico".

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